Albania

Día 2: ¿La típica capital gris y aburrida que nos podemos saltar? ¡Para nada!

No podemos irnos de Albania sin dedicar unas horas a su capital.
Y así empezamos a sorprendernos con en este país, la ciudad presenta una curiosa arquitectura con locas dimensiones irregulares, y luces modernas, colorida y llamativas.

Entre tanta modernidad se cuelan mezquitas e iglesias con más de 200 años.
Historia, religión y arte moderno se dan la mano en esta pequeña ciudad, donde creerás que estás fuera de Europa.

Y cruzamos de la arquitectura más moderna a la más tradicional.
¡Nos vamos a Berat! La ciudad de las mil ventanas.

Entre casitas blancas escalonadas en las colinas, y herencia otomana y bizantina, puedes sentir la conexión con el pasado que impregna cada rincón de este pueblecito, con una atmósfera y energía muy auténtica que podrás revivir incluso en tu vuelta a casa.

Nos vamos a sumergir de verdad en este lugar con una belleza muy pintoresca.
Y cual vieja del visillo, observaremos la ciudad desde dentro de sus ventanas.

Los rincones secretos dentro de sus restaurantes y la increíble hospitalidad de su gente, hacen aún más mágico este lugar.
Hoy nos toca simplemente “sentir”.

Día 3: Aventura secreta ¡Es tan TOP que no te lo quiero contar!

Hoy tenemos unas cuantas horas de carretera por delante para vivir una experiencia que no te quiero desvelar. Solo te diré que hay que echar un par de cositas especiales en la mochila.

Todo fácil, no te preocupes.

¡Ah! Y también, trae los ojos especialmente abiertos, las vistas del paisaje salvaje y natural del camino son una auténtica pasada.

Al llegar la noche, llegaremos a Gjirokaster, ciudad patrimonio de la Unesco y otra MUST de nuestro viaje por tierras albanesas.

La deliciosa gastronomía local coge protagonismo en  este lugar.

Y por cierto, si te gusta el vino, estás de suerte, probaremos un vinito dulce casero un tanto peculiar.
Para hacerlo utilizan una tan secreta como la masa de telepizza, pero tenemos contactos… que nos lo desvelarán.

Día 4: De la magia del interior… ¡a las playas albanesas!

¡Buenos días, coge fuerza, para subir alguna que otra cuestecita de las calles empedradas.
Éstas nos llevarán hasta el castillo con las mejores vistas de la ciudad.

Todo el oxígeno que te dejes en la subida, lo vas a recuperar en un solo segundo al llegar arriba, porque las vistas a todas las montañas que rodean esa ciudad te llenan el pecho de tal manera, que te hacen sentir feliz de golpe.
Das gracias de haber elegido viajar a un país que quizá hace unos años no estaba en tu lista de deseos.
(Bueno, así me pasó a mí, jeje)

Después de esa sensación de bienestar, volvemos a bajar hacia las calles llenas de tiendecitas locales, objetos artesanales, tejidos tradicionales y el color rojo que predomina a lo largo de todo el recorrido por bandera roja del país, ondeando en casi todos los balcones.

¡Guarda esta imagen en un lugar de tu interior, pero deja un buen espacio libre porque se vienen muchas más que querrás mantener para el recuerdo!

Llegaremos al parque nacional Blue Eye, y da igual lo que te cuente sobre este parque natural, da igual cuánto te describa el azul turquesa del agua que emana del suelo, por más que puedas imaginarlo, cuando llegues allí , te dejará boquiabiert@

Y después de esta experiencia natural, de nuevo a la carretera, porque…
¡Nos vamos a la playa!

Días 5 y 6:

Aunque no es temporada de baño (al menos para los frioleros), la costa albanesa tiene tanto que ofrecer que vamos a pasar casi dos días recorriendo este pedacito de “Riviera Jónica”

Somos afortunados de venir fuera de la temporada alta, evitaremos colas kilométricas de coches en la única carretera que conecta las ciudades costeras y tendremos la oportunidad de vivirla plena para nosotros.

Uno de los lugares más icónicos de este lugar, es el parque nacional de Butrinto. Como si se hubiese quedado dormido en el tiempo, este yacimiento hace volar tu imaginación a través de los siglos.
Entre restos griegos  bien conservados, la brisa marina, y el olor de la flora local, pasaremos este raro como en un parque de atracciones para los sentidos.

En estos dos días pisaremos playas escondidas, vibrantes paseos marítimos y restaurantes locales. Tendremos tiempo de relax y sobre todo de compartir un precioso atardecer frente a la costa refresco en mano y en buena compañía.

Nuestro destino el día 6, es parque nacional Llogara.
Saca tu cámara, llegaremos a través de un paso de montaña en el que podrías imaginarte a papá Noel con sus renos.

De la costa a la montaña en menos de 3 horas, así de cambiante es el paisaje albanes.

Día 7: Y montañas con muchos tonos de verde diferente 

¡A madrugar! No podemos marcharnos del país sin hacer senderismo por las montañas albanesas. ¿Cuántos tonos de verde conoces? Puedes ponerte a prueba caminando entre los altísimos árboles de este imponente paisaje.

Después de tocar la cima, nos volvemos a la capital por una carretera que te mantendrá con la boca abierta.
Y con paradita sorpresa por el camino, pero esa no te la cuento, tendrás que venir para verla.

El ambiente de la noche de Tirana nos acompaña, el bullicio de la gente, las futuristas y coloridas luces brillantes que iluminan las calles y por supuesto nuestra cenita de despedida.
Después de unas cuantas risas recordando los momentos más emocionantes y divertidos vividos durante todo el viaje, nos vamos a dormir.

Día 8: La despedida

Hoy nos espera la vuelta, abrazos de despedida, sonrisas y algunas lágrimas.

Dejamos atrás una semana intensa de emociones con un adiós a Albania, pero un hasta luego entre nosotros.

Sorry, pero… ¡No queremos contarte todo!

Mantener viva la ilusión es parte de la magia y por eso no te desvelamos el itinerario al 100%. ¡Que quede hueco para la sorpresa!

En todos nuestros viajes hay un momento, actividad o lugar, que no te esperas y que hay que buscar mucho, pero mucho, para encontrarla en los blogs.

Lo que sí te desvelamos, es que todas son AMAZING.